Entrevistas

13 DE OCTUBRE DE 2009 | DAMNIFICADOS FÍSICOS Y PSÍQUICOS

El factor humano en los desastres

La Sociedad Argentina de Psicología en Emergencias y Desastres (SAPSED) es una ONG que interviene de manera interdisciplinaria en comunidades damnificadas ante situaciones extremas o desastres naturales. Entrevista a Susana Chames, su Vicepresidente.

-¿Qué es SAPSED?

-La Sociedad Argentina de Psicología en Emergencias y Desastres (SAPSED) es una ONG que surgió para instalar en la comunidad profesional la necesidad de considerar los aspectos psicológicos y psicosociales de las personas que están afectadas por una emergencia, por un desastre y además para desarrollar dentro de este marco los aspectos que tienen que ver con la ocurrencia de desastres. Si uno presta atención, durante toda la historia hubo muchos desastres y el ser humano se fue preparando para responder a esos desastres que se consideraban tenían que ver con la naturaleza. Pero el avance de la historia nos muestra que los desastres, aun los que se consideran naturales, no están solo relacionados con un exceso de la naturaleza, sino también con la intervención del ser humano. Aspectos humanos que tienen que ver, por ejemplo, con la no percepción de los riesgos, la no consideración de la consecuencia que pueden tener ciertos hechos, la idiosincrasia de una sociedad, aspectos socioculturales. La consideración de la intervención del ser humano con sus aspectos culturales y propios del funcionamiento psíquico que inciden en la ocurrencia de desastres, a veces en el agravamiento de las consecuencias. Nosotros formamos SAPSED para instalar la temática, capacitar profesionales, para crear grupos de intervención, para desarrollar investigaciones y para estar preparados para responder en situaciones a las que somos convocados.

- ¿Qué aspectos especialmente tienen en cuenta en el momento de asistir a un grupo de personas o comunidad ante una situación de emergencia o desastre?
- Dentro de nuestros principios está la consideración de lo humano como primer objetivo. Eso significa que las personas que pasan por una emergencia o un desastre siguen siendo personas que saben qué quieren y necesitan y que nuestra intervención siempre tiene que estar ubicada desde ese lugar. No es una actividad proactiva, no consideramos que todas las personas tienen que estar asistidas por un profesional de la salud mental. Ante estos eventos, nosotros ofrecemos nuestra intervención, nunca participamos de un desastre porque nosotros decidimos. En estas situaciones debemos tener en cuenta que nuestra intervención debe acompañar a responder a lo que es necesario para los damnificados, no qué es necesario para nosotros los profesionales. En ese sentido, cuando participamos en una misión, respondemos al pedido que esa comunidad nos hizo. Esas intervenciones son siempre construidas desde la consideración de lo cultural, de la forma de vida. Cuando nosotros intervenimos en el interior del país o en el exterior, sabemos que vamos a estar un tiempo y nos vamos a ir. Es por eso que nos proponemos desarrollar acciones que tiendan a fortalecer los recursos que hay en esa comunidad, construir una mayor fortaleza pensado desde la capacitación, de un modo de organización para que puedan ellos enfrentarlo.

- ¿Cuando consultan, que piden?
- Por ejemplo, cuando integramos la misión Argentina a Paraguay, cuando ocurrió el incendio del Shopping Ycua Bolaños en el año 2004, el pedido fue que trabajemos en la contención del equipo que había intervenido en la asistencia. Justamente las emergencias superan la capacidad de recursos con que cuentan habitualmente los profesionales que asisten. Cuando digo recursos hablo de recursos internos, psíquicos, subjetivos. Los equipos que intervienen también son damnificados. Se dice que por cada damnificado físico hay 200 damnificados psíquicos. Desde la salud mental, desde la concepción de lo humano, ¿dónde se establece el límite de quién es damnificado directo y quién no? Una persona que mira imágenes puede sentirse tan afectada como la que estaba parada mirando como se incendia un lugar, es muy relativo. La persona, su entorno, sus amigos, conocidos, el impacto emocional también recae sobre ellos.

-¿Cuál es el lugar del profesional de Salud Mental en la intervención?
- Primero, integrarse en el equipo que comanda la respuesta. Nosotros no podemos ser independientes de la organización que ya preexiste. También la idea es acompañar, sostener a la persona en el afrontamiento de lo que le está ocurriendo. A veces el objetivo no es establecer una dialogo, sino estar al lado y acompañar a realizar lo que tenga que hacer, ya sea un trámite o lo que sea. Además como profesionales de la salud mental hacemos talleres de elaboración del impacto emocional. Si podemos intervenir en un desastre es porque se produce una disociación que permite estar sin tener las sensaciones de lo que la situación te produce y muchas veces esos talleres justamente ayudan a que tengan palabras la percepción de la situación que cada uno atravesó asistiendo. Participar en situaciones de emergencia produce un impacto más allá de lo que uno cree.

-¿Qué aportes realizaron con respecto a la prevención o reducción de riesgo?
- Para nosotros la prevención es un tema muy importante porque creemos que si pudiésemos incidir en las características culturales de nuestra sociedad para modificar la relación que tenemos respecto al riesgo se podrían quizás evitar muchas de las situaciones que ocurren. Además en lo que respecta al impacto en la comunidad, es mucho más grave cuando es una situación que podría haberse evitado. En el año 2004, realizamos una encuesta en algunos hospitales y escuelas del Gobierno de la Ciudad, como inicio de una investigación que tiende a observar qué factores sociológicos y culturales intervienen en la percepción de riesgo. Y qué relación tiene la comunidad con el riesgo. Los resultados nos mostraron que hay mucho por trabajar en ese tema porque un porcentaje muy alto de las personas no saben si existen los planes de emergencias. Muchas veces la negación y el desconocimiento nos ayuda a no angustiarnos frente a los riesgos, modalidades propias del modo de funcionamiento humano. Desde esa conceptualización es que es interesante hacer talleres de sensibilización para que las personas puedan tener un mayor reconocimiento de los riesgos no como un problema sino como un modo de cuidarse y cuidar su entorno.

Susana Chames. Psicóloga, Psicoanalista. Vicepresidente de SAPSED Sociedad argentina de Psicología en Emergencias y desastres. Coordinadora del Programa "Salud Mental, Desastres y Desarrollo" de la Dirección Gral. de Salud Mental, Ministerio de Salud - Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Coordinadora del Programa de Atención Domiciliaria Programada Psiquiátrica - Psicológica en crisis, ADOP AdoPi, de la Dirección Gral. Adj. de Salud Mental, Ministerio de Salud – GCBA

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