Entrevistas

3 DE MARZO DE 2009 | RRHH COGNITIVO

Neurociencia cognitiva aplicada a RRHH

Entrevistamos al Socio Gerente de RH Cognitivo, una consultora de Recursos Humanos que selecciona candidatos mediante la evaluación de Funciones Ejecutivas y pruebas de cognición social, además de la entrevista personal. Basándose en los mecanismos neurales que subyacen en la forma en la que el postulante procesa información, los resultados determinan su capacidad para asumir nuevas funciones o desarrollar un plan de carrera dentro de una organización.

-¿Qué aporta el cognitivismo al área de recursos humanos?

- Principalmente objetividad. La neurociencia cognitiva avanza prudente pero sistemáticamente sobre el conocimiento del ser humano, sus conductas y su pensamiento. Desentraña los mecanismos neurales que subyacen en la forma en la que procesamos información cuando aprendemos. Aporta, sin lugar a dudas, datos de gran valor durante los procesos de capacitación, selección y planificación de carrera. Poder explorar de qué manera nuestros cerebros nos permiten relacionarnos con los demás, tendrá un enorme impacto en la elección o formación de personas que desarrollen a través de la comunicación, persuasión o el manejo de grupos, las tareas que a su trabajo compete. Conocer los estilos cognitivos de las personas nos da la posibilidad de realizar mejores y más confiables pronósticos sobre su rendimiento laboral, incluir información sobre sus características de personalidad, pero al mismo tiempo, analizarla a la luz de sus potencialidades neuropsicológicas, reducen de manera significativa el margen de error de nuestras elecciones.

-¿En qué situaciones recomiendan aplicar en enfoque?
- Las evaluaciones neurocognitivas pueden servir para realizar elecciones acertadas a la hora de elegir un candidato para un puesto determinado o también para realizar movimientos dentro de la misma organización aplicándolos en el plan de carrera. La confiabilidad en los resultados y la amplitud de datos que son posibles de obtener, disminuye el margen de error que conlleva siempre el ingreso o promoción de una persona. Las capacitaciones, respetando la manera en la que el cerebro almacena, consolida y recupera la información, revelan mejores resultados y aprendizajes más duraderos y con mayor facilidad de aplicación.
Las evaluaciones neurocognitivas han sido ampliamente utilizadas también para valorar la capacidad de una persona en función de su puesto, durante periodos en los cuales han referido padecer de alguna incapacidad por salud mental, es por ese motivo que fueron desarrollados y estandarizados protocolos de evaluación para simulación de enfermedades mentales, también utilizados por la neuropsicología forense, con resultados por demás positivos para empresas y ART.


-¿Qué técnicas utilizan en las evaluaciones?
- Cada procedimiento que se administra desde este actual enfoque, responde a los conocimientos que hoy se tienen sobre el cerebro y la manera en que procesa la información. Es por ello que en las evaluaciones se utilizan Tests y exámenes neurocognitivos para obtener datos sobre las habilidades y debilidades funcionales de cada persona. La evaluación de las funciones cognitivas o neuropsicológicas se analizan siempre en función de una completa entrevista y examen de personalidad, la integración de los datos obtenidos y el análisis completo de la información es un valor agregado en este tipo de evaluaciones.

-¿En qué aspectos hacen hincapié a la hora de analizar los resultados?
- En la cercanía y distancia al perfil que requiera el puesto, tanto en los datos de la evaluación de la personalidad, los socio-demográficos y los neurocognitivos.
El ser humano por definición es complejo, intentar reducirlo a un puntaje ha llevado a que se cometan errores en distintos momentos de la historia de la psicología.
Una persona puede obtener el perfil de personalidad que buscamos para un puesto determinado y sin embargo no resultar útil para el mismo. Por ejemplo, puede ser que una persona extrovertida y amable para la cual tenemos pensado un puesto en atención al cliente no sea la indicada, si su puesto exige la ejecución de varias tareas en simultáneo y durante la evaluación de sus funciones atencionales encontramos déficits para sostener la atención o inhibir estímulos que puedan distraerla, la efectividad de nuestra empleada no será la que pronosticábamos en un principio. La evaluación completa con instrumentos confiables es la clave para disminuir los errores y reducir gastos innecesarios.

-¿Qué noción de inteligencia manejan?
- No solo entendemos la inteligencia desde el modelo de las inteligencias múltiples, sino que también trabajamos día a día con ese concepto. Poseemos la capacidad profesional y técnica para valorar y desarrollar diversos sistemas funcionales neurocognitivos esenciales para la eficiente ejecución de una amplia gama de tareas.
La evaluación de las Funciones Ejecutivas (FF.EE) nos permite conocer el nivel de eficacia en un gran número de tareas. Entendemos las FF.EE como los procesos neuropsicológicos mediante los cuales resolvemos deliberadamente problemas internos y externos. Incluidas en las llamadas FF.EE se encuentra la capacidad de organizar, clasificar y planificar, como parte de las funciones más intelectivas. También son posibles de ser evaluadas las funciones relacionadas a la eficacia del control inhibitorio afectivo e intelectivo, que de ser disfuncional, afectaría de forma directa el rendimiento laboral de quien no cuente con un adecuado manejo cognitivo y comportamental. Para obtener información sobre estas funciones, actualmente nos valemos de pruebas ampliamente estudiadas como son el Wisconsin Card Shorting Test, el Category Test, Tower of Hanoi, Stroop Test, etc.
La capacidad de toma de decisiones y la cognición social (o inteligencia interpersonal) son actividades continuas del ser humano a lo largo de la vida. Elegir entre varias opciones puede ser una tarea muy simple, pero a veces resulta tan complejo que se convierte en una preocupación importante. La toma de decisiones pone en juego numerosos procesos cognitivos, entre ellos el procesamiento de los estímulos presentes en la tarea, el recuerdo de experiencias anteriores y la estimación de las posibles consecuencias de las diferentes opciones. Todos estos procesos requieren la implicación de la memoria de trabajo y las FF.EE. No obstante, la investigación actual pone cada vez más énfasis en que la toma de decisiones no constituye un mero proceso racional de contabilizar o comparar las pérdidas y ganancias que resultan de una elección determinada; más bien parece ocurrir que los aspectos emocionales, derivados de la experiencia de situaciones parecidas, propias o vicarias, y aquellos aspectos asociados a las consecuencias o al contexto en el que se da la decisión, desempeñan un papel determinante. Las emociones guían la toma de decisiones, simplificando y acelerando el proceso, reduciendo la complejidad de la decisión y atenuando el posible conflicto entre opciones similares. Es por ese motivo que para obtener un valor confiable sobre la capacidad y perfil de toma de decisiones de las personas es necesario contar con un instrumento diseñado y validado para tal fin.
La valoración confiable de esta indispensable función neurocognitiva ha sido durante muchos años una de las deudas a satisfacer en la selección de personal, pero actualmente contamos con las herramientas indicadas para explorar los patrones funcionales o disfuncionales de toma de decisión en las personas. Algo similar ha ocurrido con las habilidades sociales en las personas, las pruebas de Coeficiente Intelectual (C.I) han acaparado durante muchos años el interés primario en lo que a evaluación respecta, actualmente es difícil negar la importancia de otras funciones menos “duras” pero que influyen de manera determinante en el rendimiento laboral de las personas. Las pruebas de cognición social (T.O.M o Social Cognition) son en la actualidad las herramientas utilizadas en el resto del mundo para obtener información neurocognitiva confiable para conocer esta imprescindible función tantas veces infravalorada.
Finalmente, nuestro concepto de inteligencia integra las funciones intelectivas clásicas (capacidad de aprendizaje, memoria, funcionales atencionales, lógico-matemáticas, etc.) más las funciones afectivo-emocionales relacionadas a la toma de decisiones y la inteligencia intra e interpersonal, entendiendo al ser humano como una unidad indivisible entre su capacidad de razonamiento y comprensión y su aspecto emocional.


Matías Bertone. Licenciado en Psicología (Universidad de Belgrano). Master en Neurociencias y Biología del comportamiento. Especialista en Neuropsicología y Psicología Médica, Universidad Pablo de Olavide, España. Doctorando en Psicología con orientación en Neurociencia Cognitiva Aplicada (Universidad Maimonides). Docente de Neuropsicología I y II y Bases Biológicas y Neurológicas del Comportamiento Humano I y II (Universidad de Belgrano). Docente de Evaluación Neuropsicológica en curso anual de Psiquiatría. (Hospital Álvarez). Actualmente es coordinador del GINCA (Grupo internacional de Neurociencia Cognitiva Aplicada) y Socio Gerente de la consultora RH Cognitivo.

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