Articulos

2 DE SEPTIEMBRE DE 2008 | TERCERA EDAD

Autorretratos y enfermedad mental

Es sabido que el esquema corporal se va construyendo de manera gradual a lo largo del desarrollo y juega un rol trascendente en la identidad personal, junto con la imagen del cuerpo. En particular el rostro es revelador de la forma en que la persona se ve a si misma, resumiendo un complejo abanico de habilidades cognitivas y manuales, creatividad artística y emociones que se filtran en los trazos de la imagen.

Por Daniel Serrani
Enviar por mailImprimir

Si bien los siguientes son ejemplos de artistas que exhiben un superior grado de destreza pictórica, son ejemplos del modo distintivo en que ciertos trastornos mentales pueden afectar su producción, reflejados en el rostro. En términos neuroanatómicos, sabemos que el procesamiento de la imagen del rostro corresponde a una zona comprendida en la encrucijada occípito-parietal derecha, y a la capacidad de reconocimiento del rostro se le conoce como prosopagnosia.

Esta habilidad puede verse comprometida de manera autónoma o como parte de una mayor desorganización cerebral. Es interesante observar en los siguientes autorretratos la influencia de dos trastornos muy frecuentes, el trastorno bipolar y la demencia degenerativa primaria. Al final se ofrece una tabla comparativa de los principales rasgos diferenciales observados. Deseo destacar que no es mi intención juzgar el valor artístico de las imágenes, hecho que esta mas allá de cualquier valoración científica y en cambio es patrimonio del impacto subjetivo de la pintura en cada observador.

Cuando el artista y pintor americano William Utermohlen, residente en la ciudad de Londres, fue diagnosticado en 1995 como portador de la enfermedad de Alzheimer (o demencia degenerativa primaria) “comenzó a tratar de comprender esta enfermedad pintándose a sí mismo”, dijo su esposa Patricia Utermohlen, una profesora de historia del Arte. Los autorretratos muestran como se pierden las perspectivas y los detalles, haciendo que las imágenes se vean mas difuminadas y fragmentadas, tal vez más surrealistas desde un punto de vista artístico. Los colores siguen siendo hermosos pero son más sutiles. La enfermedad de Alzheimer afecta sobre todo a los lóbulos parietal y temporal derechos, que permiten reconocer internamente una imagen objetal y trasladarla luego al lienzo, en el caso de estos dos pintores. El Sr. Utermohlen, de 73 años, actualmente permanece internado en un geriátrico y pinta poco y con muchas dificultades. Con respecto a si el es capaz de reconocer sus errores, lo que se denomina meta-cognición y que está a cargo de los lóbulos pre-frontales, tanto su esposa como los doctores que lo atienden coinciden en que sólo a veces parece estar conciente de los defectos y de los errores técnicos, pero que aún así no sabe como corregirlos. En ese sentido, sus emociones no se han perdido y por el contrario se reflejan con mucha intensidad en las pinturas, revelando al principio un sentimiento de desconcierto, perplejidad y desorientación, en particular en la mirada. En los rasgos dibujados se destacan también gestos de tristeza, con el ceño abatido y las comisuras bucales hacia abajo. La ruptura de la identidad, muy profunda en la demencia, se refleja en el cuadro en que se representa con dos rostros, como si esto indicara una duplicación de su Yo y una pérdida de la cohesión interna característica de la normalidad. En el cuarto retrato se observa con mucha nitidez el predominio del gris, como una sombra que cubre su rostro, acompañada de un sentimiento de resignación y debilidad ante lo inevitable del progreso de la enfermedad, que en la actualidad no tiene cura. La identidad se pierde definitivamente en los últimos retratos, donde ya no se pueden observar los rasgos que permiten reconocer un rostro. Estas imágenes traducen la disgregación interna que sufre el esquema corporal. La Demencia primaria degenerativa exhibe como uno de sus marcadores la presencia de agnosia y apraxia, además de afasia. La agnosia resulta de la disolución de los estereotipos viso-espaciales y viso-constructivos que en algún momento se consolidaron en los lóbulos parietales del cerebro. Por el contrario los colores no se pierden ya que son parte de las gnosias simples, a cargo de las áreas primarias de los lóbulos occipitales, en las márgenes de las cisuras calcarinas. Insisto en que el valor artístico en ningún modo queda cuestionado, si se considera que el arte consiste en expresar ideas y emociones de un modo que sea revelador y cuestione la monotonía, la rutina y el “establishment” de cada época. Sus trabajos han sido exhibidos en numerosas ciudades alrededor del mundo y aun quedan mas exhibiciones por realizar. Sin embargo, el interés por sus pinturas como una crónica de la enfermedad es duro de aceptar y deja un sabor amargo ya que, como dice su esposa, ha suscitado la atención pública de un modo mas masivo que la que había recibido por sus trabajos aun en la cima de su carrera. Es extraño ser reconocido por algo hecho mientras uno está gravemente enfermo. Con respecto a su personalidad previa, reveló siempre una tendencia a ser un marginal, a exhibir una realidad propia distinta del resto de las personas, y a oscilar en sus estados anímicos, buscando distanciarse incluso de sus colegas, ya que cuando ellos se volcaban a un estilo surrealista, él se apegaba a un trazo figurativo. Las pinturas corresponden a la Galería Beckel-Odille-Boicos (©2006). Autorretrato de William Utermohlen 1967 - 1996. Colección de Abby O'Neil y Carroll Joynes (acuarelas sobre papel).

En el caso de Vincent Van Gogh nos encontramos con una persona que desde su mas tierna infancia padeció fuertes conflictos emocionales con la pérdida de su padre, una educación luterana muy severa a cargo de su padre pastor, y el lugar vacante que vino a ocupar después del fallecimiento de un hermano nacido inmediatamente antes que él. Sus ciclos de depresión y euforia comenzaron desde sus años de adolescencia y se acentuaron en la adultez, complicados por su abuso de ajenjo y alcohol. Sin embargo, en los retratos se observa una representación de los cambios que va experimentando su imagen a medida que avanza en años, pero no una disgregación de los trazos, que se conservan firmes. Si es notoria la acentuación de los rasgos especialmente en la mirada, como reflejo de sus cambiantes estados anímicos. En los primeros se nota una mirada intensa, penetrante, que revela sus profundos interrogantes existenciales en esa época, con cuestionamientos de índole moral y religiosa (pintura 1 y 2). Hay que recordar que él quiso ser pastor en el Brabante Holandés y no fue aceptado por su carácter rebelde. En el tercer y cuarto retrato predominan la intensidad de los colores y de los rasgos, como reflejo de un estado anímico de euforia y bienestar. En los últimos es notorio el tinte sombrío y depresivo del rostro, con una dureza en las líneas que no se notan en los retratos anteriores (pinturas 5 y 6). No hay cambios en las habilidades práxicas, que denotan la capacidad de reproducir los movimientos aprendidos durante años en taller de dibujo y pintura. Tampoco se notan cambios en las gnosias, lo que significa que las delicadas conexiones neuronales que sustentan la prosopagnosia están intactas. El trastorno bipolar no muestra en su evolución un deterioro de las funciones de los lóbulos parietales ni temporales, y en cambio se caracteriza por un deficitario funcionamiento del hipocampo bilateral con su consiguiente atrofia y una disminución del volumen de las amígdalas. Estas anomalías estructurales ocurren en regiones que regulan la penetración de los estados emocionales dentro del contexto de la corteza cerebral, como la corteza del lóbulo frontal derecho, el hipocampo y la amígdala. También muestran con frecuencia un aumento de intensidad de la sustancia blanca peri-ventricular, y un menor metabolismo en la corteza pre-frontal dorso-lateral derecha, la corteza cingulada anterior, los ganglios de la base y del tálamo, que integran en conjunto el circuito córtico-estriato-tálamo-cortical. La desregulación de este eje daría lugar a las oscilaciones del humor típicas de este trastorno. Por otra parte, los procesos de razonamiento y pensamiento lógico- formal permanecen intactos durante muchos años, ya que corresponden al ámbito del lóbulo pre-frontal izquierdo. Esto se revela cierto en el caso del artista que nos ocupa, que hasta su final continuó manteniendo una nutrida relación epistolar con su hermano Théo, reflejando un manejo fluido y hasta poético del lenguaje con conceptos profundos y hasta conmovedores.

Daniel Serrani Médico Psiquiatra y Geriatra. JTP EBS II, Facultad de Psicología; UNR.

Mas informacion:
www.psicofisiologia.com.ar

Videos
La corresponsabilidad ante la vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes (NNyA). El rol del organismo de protección de derechos de NNyA en CABA.
Tapas y contratapas
Lectura del Discurso de Roma
8.4.2024  /  A 70 años
Lectura del Discurso de Roma
Ética y psicología
9.3.2024  /  Rol social del psicólogo
Ética y psicología
Lacan
12.12.2023  /  La antifilosofía 3
Lacan
Futuro por venir
7.11.2023  /  Psicoanálisis y el Hospital
Futuro por venir