“El goce del Otro (del cuerpo del Otro que lo simboliza) no es el signo del amor”. Con esta afirmación iniciaba Jacques Lacan un Seminario, titulado Aún, que sigue siendo una de las mejores puertas de entrada al estudio del amor y de la sexualidad, a los síntomas y paradojas que recorren al uno y a la otra en nuestra contemporaneidad.
Era su forma de traducir en términos más precisos una constatación que Freud hiciera a principios del siglo pasado: hay una degradación general de la vida erótica que sigue la pendiente de una división irreducible entre amor y goce sexual. Y la cosa parece seguir, haciéndose más patente la división, aún más, en los diversos fenómenos de las sexualidades, -así, en plural-, contemporáneas. Al sujeto de nuestro tiempo le resulta tan difícil gozar de aquello que ama, como amar aquello de lo que goza.
Los textos que prologamos y que componen este volumen dan cumplido testimonio de ello, en casos y perspectivas muy diversas: los desencuentros entre los sexos, el momento de la pubertad y sus anticipaciones, las prácticas sádicas y masoquistas que recorren la “normalidad” sexual, los fantasmas que se alimentan en sus rasgos perversos... Al revés de lo que pudiera pensarse como promesa armónica del vínculo con el Otro, la dimensión del goce tiende a dejar al sujeto en una soledad radical frente a la exigencia de satisfacción de las pulsiones. (del prólogo)
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Prólogo, por Miquel Bassols