El libro consta de tres partes. La primer parte el autor anuda el linaje, la duración, y lo real del sexo, cuyos efectos se encuentran en lo que efectivamente se dice.
La segunda parte, Las apuestas del analista se ubica el no saber intrínseco a la estructura de la apuesta, como aquello que define la operatoria del analista.
La tercera y última parte, El deseo del analista: un interés desinteresado en saber se sitúa tanto en las incidencias de un analista como en la extensión de su propio campo, poniendo el acento en la abstinencia, el saber y el goce.
La conclusión, por su parte, apunta a la transmisión, formación, y eficacia del psicoanálisis.
Su contratapa dice:
En este libro el autor pone a jugar de manera novedosa la noción de apuesta. Desde la más simple tirada de dados la lógica es la del no saber.
En su escritura abunda lo testimonial y lo polémico, al mostrar en su operatoria clínica que siempre se está apostando. Fija su posición respecto del deseo, cuando afirma que desde los orígenes freudianos está ligado a la nueva temporalidad que el psicoanálisis inaugura.
La articulación del "a posteriori" -nachtráglich - freudiano con el tiempo lógico de Lacan, lo despliega entre la literatura y el trabajo con segmentos recortados de su práctica. No falta la discusión sobre el lugar del psicoanálisis en la sociedad, a partir de ciertas puntuaciones sobre algunas formas de discursividad social, ni tampoco el debate con la comunidad psicoanalítica.
Podemos leer a lo largo de su trama, diversas y precisas interrogaciones acerca de la función de la transmisión y la enseñanza en la formación del psicoanalista.
Indice del Contenido
Introducción