Entrevistas

30 DE ABRIL DE 2007 | ENTREVISTA A PABLO MUÑOZ

“El concepto de locura no coincide con el de psicosis”

Pablo Muñoz es el primer graduado de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad de Buenos Aires. Allí investigó sobre el concepto de pasaje al acto en la obra de Lacan. En la entrevista, comenta acerca de sus trabajos con relación a la clínica de las psicosis: “La locura como tal es una posición del sujeto que puede encontrarse tanto en la psicosis, como en la neurosis y en la perversión”

-Tiene hecho un Master en Psicoanálisis, ¿qué lo llevó a realizarlo?

-Sí, soy el primer graduado de la Maestría en Psicoanálisis de la Universidad de Buenos Aires. Un honor. Defendí mi tesis a fines del año 2005. La verdad es que no sé bien qué me llevó a hacerlo. Sin dudas que por mi inserción en la Facultad de Psicología se nota mi interés por lo académico. Me gusta la vida académica, su formación, la enseñanza y la transmisión del psicoanálisis en la Universidad, con las dificultades que ello comporta, pero también trae satisfacciones. Una Maestría en Psicoanálisis me parece un desafío en ese sentido. Quizás algo de ese desafío me llevó a hacerlo. Lo cierto es que eso culminó en un trabajo de tesis para mí muy productivo, estudié y escribí mucho. El tema de mi investigación fue el concepto de pasaje al acto en la obra de Lacan, mostrando la operación por la cuál hace de ese término de tradición psiquiátrica un concepto psicoanalítico, clínico, recuperando para la clínica del psicoanálisis un campo de intervención que es lo que se llama habitualmente “patologías del acto”. Puedo adelantarte que próximamente saldrá publicada en forma de libro por la editorial Manantial. Y esa investigación prosigue, ahora en el doctorado en psicología, pues a partir de ello se han abierto algunas otras vías de exploración.

Pero de hecho no podría decir que la única motivación ha sido académica sino que sin dudas mi práctica clínica como analista –puedo verlo ahora- me ha llevado a eso. Porque la obra de Lacan, con el correr de los años, ha dado lugar a una cantidad impresionante de comentarios, lecturas y tesis universitarias. En ese sentido, mi tesis sería una más. Pero en verdad, la elección del tema para mi tesis es producto de una motivación singular, vinculada con mi experiencia de psicoanalista: la fascinación que me ha producido encontrarme con el pasaje al acto en su variedad clínica y sus consecuencias. Tiene algo que convoca, que atrae. Quizás sea el agujero en lo real que produce, lo que me ha causado a estudiar, leer y finalmente, escribir. Desde allí, interrogantes clínicos, para pensar la práctica y las alternativas, casi nulas a veces, ante las que nos sitúa lo real de nuestra experiencia. Casi parafraseando a Lacan, avanzar en este tema significó para mí un no retroceder ante lo interpelante del pasaje al acto. Y en este sentido considero que en esas páginas -así lo espero- algo del deseo del analista se hará escuchar.

-¿Cómo fue su experiencia en el II Congreso Argentino de Salud Mental?
-Verdaderamente fue una experiencia muy buena. Es el segundo congreso que organiza la AASM y ha crecido notablemente de un año al otro. La organización fue excelente, hubo un muy buen nivel en las ponencias, un clima de intercambio muy interesante. Por mi parte presenté dos trabajos, uno en una Mesa Redonda dedicada a la clínica de la psicosis y otro en una mesa de trabajos libres. Ambos suscitaron interés y discusión, así que el balance es positivo. Seguramente en el 2008 el Congreso crecerá aún más y procuraré también allí llevar a cabo alguna actividad.

-Allí planteó sus conceptualizaciones acerca del concepto de locura y su relación con la Psicosis, qué puede comentar acerca de ello?
-Tu pregunta apunta precisamente a una de las discusiones que suscitó uno de los trabajos presentados: “Locura, anudamiento y desanudamiento”, en el que me propongo recorrer a lo largo de la obra de J. Lacan la elaboración del concepto de locura, que en su teoría tiene una complejidad importante. En ese trabajo apunto a ver cuál es la transformación que el concepto de locura sufre especialmente en el período final de su enseñanza a partir de su articulación con la teoría de nudos.

Justamente allí planteo que el concepto de locura no coincide -como se cree habitualmente- con el de psicosis. Es cierto que el saber popular los toma como términos equivalentes; suele decirse del sujeto psicótico que “está loco”. Pero en Lacan estos términos no se confunden, aún más, son conceptos que tienen puntos de oposición pero también pueden llegar a coincidir, aunque parcialmente. A lo largo de su obra es objeto de múltiples elaboraciones. En efecto, su producción llega a constituir lo que él mismo califica una “doctrina de la locura” (lo hace en su escrito Subversión del sujeto y dialéctica del deseo). De modo que “locura” no se corresponde o no se deja apresar por la lógica con que se construyen las estructuras freudianas (neurosis, psicosis, perversión). Ese trípode que Lacan lee en Freud no incluye todas las variedades subjetivas posibles, o, dicho de otro modo, hay posiciones subjetivas que no “entran” en esa “grilla”. Diría que la locura como tal es una posición del sujeto que puede encontrarse tanto en la psicosis, como en la neurosis y en la perversión. Hay que estudiarlo, hay que demostrarlo, cosa que no podré hacer ahora acá, pero lo que es seguro es que para Lacan locura y psicosis no se recubren, no son equivalentes. Desde mi punto de vista, conviene mantener esa distinción no sólo por una cuestión de erudición sino porque, fundamentalmente, confundirlos puede acarrear consecuencias nocivas en la clínica. Por ejemplo, diagnosticar de psicosis a una paciente neurótica histérica “enloquecida” puede orientar la dirección de la cura en un sentido perjudicial.

-¿Qué nos puede contar acerca de la mesa que coordinó, “Posiciones del analista con la psicosis”?
-La Mesa estuvo presidida por mí y presentamos tres ponencias, una a cargo de Leonardo Leibson, otra fue presentada por Claudio Godoy y otra estuvo a mi cargo . Las opiniones y comentarios que recibí indican que fue interesante y que pudimos ofrecer sobre el tema una visión bastante precisa de la clínica de las psicosis, y abrir una discusión sobre las últimas conceptualizaciones de Lacan al respecto. A tal punto que en la ceremonia final de clausura del Congreso la Comisión Organizadora nos entregó a cada uno de nosotros un Diploma con Mención Especial por el nivel de la Mesa.
Lo que planteé allí es que cualquiera sea la que se considere debe ser la posición del analista con la psicosis, ello no debe excluir jamás la dimensión de la transferencia. A esta altura puede parecer ya muy trillado seguir planteándose la pregunta por si hay transferencia en la psicosis. Creemos que está muy demostrado, que es un tema ya cerrado. Sin embargo, no dejo de verificar que habitualmente, al hablar de esto en diferentes ámbitos, ya sea en hospitales, en supervisiones a otros colegas, e incluso en la misma Universidad donde enseño, hay analistas que ante el paciente psicótico parten de la premisa de su inaccesibilidad por ausencia de disposición a la transferencia. En ese sentido, lo que hice allí fue mostrar que la diferencia fundamental que tiene la clínica psicoanalítica de la psicosis respecto de la psiquiátrica es introducir abiertamente la cuestión de la transferencia. Al respecto, la posición de Freud y la de Lacan no son idénticas. Aquel dejó planteados problemas teóricos y clínicos, sobre todo los obstáculos encontrados en la experiencia. Lacan recoge el guante y desafía: “no retroceder ante la psicosis”. Su enseñanza inaugura –a esta altura- más de 50 años de lacanismo dedicados al tratamiento de la psicosis. Para él hay una cuestión preliminar a tener en cuenta: definir sus características estructurales, a partir de lo cual deduce que para su tratamiento hay que formarse una concepción peculiar de “la maniobra de la transferencia”, rebatiendo así la idea difundida de su inexistencia en la psicosis. Esta idea incorrecta achata, embota algo de las posiciones que Freud mismo asume. Es cierto que son posiciones a veces paradójicas, incluso antagónicas, pero por ello mismo dejan lugar a la elaboración subversiva del tema por parte de Lacan. Como dice en el Seminario 10, hay que ver hasta qué punto Freud es instructivo incluso en aquellas cuestiones en que se encuentran en sus elaboraciones afirmaciones que pueden parecer contradictorias. Específicamente en cuanto a la transferencia en la psicosis, Freud afirma su ausencia debida al narcisismo, mientras que a la vez, en el historial de Schreber ubica la transferencia por todas partes. Este es el terreno fecundo donde aflora la novedad que nos trae Lacan.

-¿Cuál es su opinión acerca de la “locura” con relación a la psicosis?
-Lo novedoso del abordaje que Lacan hace hacia el final de su enseñanza respecto del concepto de locura a partir de la teoría de nudos es que lo define en términos de desanudamiento, es decir de la separación de los tres registros real, simbólico e imaginario. Es en el Seminario 21 donde comienza una revisión de sus categorías clínicas a partir de ese recurso, que se prosigue en seminarios subsiguientes, y plantea que la locura es la “libertad” entendida como “la falta de uno de los redondeles de hilo”. Por eso dice: “cuando una de las dimensiones les revienta, por una razón cualquiera, ustedes deben volverse verdaderamente locos”. Podemos ver allí la locura como desanudamiento de la cadena, el desencadenamiento es lo que vuelve loco. Esta formalización es una manera novedosa de releer su escrito de 1946 sobre la causalidad psíquica donde liga locura y libertad, pero entendidas de otro modo: la locura allí es la identificación al ideal sin reconocer que ese ideal [I(A)] es un elemento del Otro. Por ello dice que en la locura se trata de la inmediatez de la identificación, “inmediatez” en el sentido de “sin mediación”: sin la mediación de esa instancia tercera que medie entre el sujeto y su ideal.

Lo notable es que en el Seminario 21 formaliza la neurosis con la cadena olímpica, caracterizada porque si uno de los redondeles se retira eso “no vuelve loco” porque los otros nudos se mantienen juntos, anudados. Hay que hacer la prueba con los anillos de las Olimpíadas y se verá la diferencia entre un anudamiento de ese tipo y el anudamiento borromeo que se define porque si se le retira un eslabón, la cadena se desanuda en su totalidad. El encadenamiento olímpico, por el que los eslabones siguen anudados aunque se les retire un eslabón, no corresponde a la locura. Por eso Lacan dice que “los neuróticos son irreventables”.

En ese sentido, con la teoría de nudos Lacan parece formalizar aquella temprana caracterización de la locura como no pasaje por el Otro, desanudarse del Otro, no reconociendo su determinación. El referente clínico que podemos tomar es el caso Aimée que Lacan desarrolla en su tesis doctoral. Lo que la define como /loca/ es que desconoce aquello que agrede en su pasaje al acto homicida, desconoce que lo que agrede no es el mal externo que denuncia sino su propio ser, ideal de mujer encarnado en esas mujeres de letras, célebres mujeres del arte y la cultura. Ella aspira a convertirse en una mujer de esa estirpe, pero a la vez las acusa de abandonar sus deberes conyugales y maternales –cosa que Aimée realiza: abandona a su marido y a su hijo. Esto es trabajado por Lacan como la exterioridad íntima del mal que Aimée agrede con su acto, que podemos leer après-coup con su concepto de éxtimo. Este punto de locura se define por querer imponer la ley de su corazón a lo que se le presenta como el desorden del mundo, empresa “insensata” porque el sujeto no reconoce en ese desorden del que se queja la manifestación de su ser actual y porque lo que experimenta como ley de su corazón es la imagen invertida y virtual de ese mismo ser. Podemos ver en esta síntesis cómo psicosis y locura coinciden en Aimée en un punto muy preciso, lo que prueba que para Lacan son términos, conceptos, que no se confunden.

-Ha realizado varias investigaciones ¿Sobre qué temas está investigando ahora?
-Desde hace años integro equipos de investigación de la cátedra II de Psicopatología de la Facultad de Psicología de la UBA, en el marco de las programaciones científicas de UBACyT, dirigidas por Roberto Mazzuca. En estos equipos estudiamos los últimos seminarios y escritos de Lacan, los que se fechan a partir de los años ’70, lo que suele llamarse su última enseñanza, intentando -resumidamente- delimitar las consecuencias en la clínica psicoanalítica y en la psicopatología del uso que hace Lacan de la teoría de nudos. Se estudia cómo se modifican diversos conceptos a partir de la introducción de ese recurso.
En este momento, precisamente estoy trabajando la relación a lo largo de toda la obra de Lacan de los conceptos de locura y debilidad mental. He encontrado algunas cosas que me resultaron interesantísimas y que seguramente serán objeto de próximas publicaciones y ponencias en congresos y jornadas.


Mgter. Pablo D. Muñoz es Psicoanalista. Licenciado en Psicología (UBA). Magister de la universidad de Buenos Aires en Psicoanálisis. Tesis: “Génesis y delimitación del concepto de pasaje al acto en la primera parte de la obra de J. Lacan”. Doctorando en el Doctorado en Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Jefe de Trabajos Prácticos regular del área de Psicología Clínica y Psicopatología de la Facultad de Psicología (UBA), con funciones en la cátedra II de Psicopatología. Investigador Formado (UBACyT). Categorizado en el /Programa de Incentivos a los Docentes-Investigadores/ dependiente del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, Secretaría de Políticas Universitarias.Ha dictado numerosos cursos dirigidos a graduados y estudiantes. Autor de numerosos artículos en revistas especializadas de Psicología y Psicoanálisis. Miembro de la AASM (Asociación Argentina de Salud Mental). Supervisor de Clínica de Adultos en el Espacio de Supervisiones Clínicas para Graduados Recientes de la Secretaría de Extensión, Cultura y Bienestar Universitario de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires. Integrante del Equipo del Programa de Extensión Universitaria en San Isidro “Servicio de Psicopatología-Adultos” de la cátedra II de Psicopatología de la Facultad de Psicología (UBA).

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