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Por Alejandro Gorenstein

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A la hora de referirse a las causas que originan que los adolescentes caigan en el infierno de la anorexia y la bulimia es imprescindible referirse a la presión social, representada por el modelo de cuerpo que impulsan la publicidad y la moda, donde el ideal de imagen es la delgadez. Sin embargo otras voces expresan que el origen de la enfermedad hay que hallarlo en el seno de la familia, es decir, en las primeras relaciones que establecen los niños con sus padres entre los tres y cinco años.

Para la psiquiatra Mabel Bello, fundadora de ALUBA que desde hace 21 años atiende a jóvenes con problemas de Bulimia y Anorexia, estas enfermedades son un producto de los cambios culturales que se dieron en la sociedad ayudado por el predominio de las imágenes que pregonan la solución del cuerpo delgado para evitar la lucha por la vida. " Es claro que necesita de una predisposición individual. Se enferman las que temen a crecer y ante una situación de estrés huyen para evitar la realidad", expresó.

Sin embargo, Doris Saslavsky, licenciada en Psicología, opinó que según las experiencias por las que atraviesa el niño en los primeros años de vida en la relación con sus padres y hermanos formará una estructura determinada.

La psicóloga explicó que la función del padre es aquella que separa al hijo de su mamá para evitar una simbiosis entre ambos: “El padre marca las normas y cumple una función de ley marcando prohibiciones y límites”.

En ese período puede haber fallas en la función materna –por la historia con la que carga la mamá del niño- que toma a su chiquito como una prolongación de ella misma abandonándolo o protegiéndolo excesivamente como un objeto y no como un sujeto independiente.

Consultada sobre esta teoría acerca del origen de ambas enfermedades, Bello expresó que pueden existir problemas familiares que pueden ser disparadores de la anorexia y la bulimia aunque insistió en que las causas son culturales. "Si bien estas enfermedades siempre existieron la aparición de la televisión ayudó a propagar esta epidemia".

Celos entre los hermanos

Fiel a su postura, para Saslavsky la competencia entre los hermanos algunas veces puede ser el factor desencadenante de la enfermedad. Cada hijo ocupa un lugar determinado en la vida de sus padres y los hermanos forman parte de la identidad de ese sujeto. “Se podría llegar a interpretar que mis padres responden más a las demandas de mi hermano y eso genera muchos celos”, dijo la especialista. El accidente o el fallecimiento de un hermano también puede ser un hecho traumático que puede generar una crisis.

¿Por qué las crisis surgen en la adolescencia?

Es en la pubertad y en la adolescencia cuando el adolescente tiene que tomar ciertas decisiones y elecciones de vida como elegir pareja, carrera o trabajo y pueden angustiarse por la propia exigencia o la de sus padres y hacer una crisis a veces con trastornos alimenticio.

Para Bello hay muchas patologías -depresión, trastorno obsesivo compulsivo, fobia social o adicciones- que acompañan a la patología alimentaria, y agregó que si una adolescente presenta inestabilidad en su estado de ánimo y se maneja por impulsos entran en uns crisis difícil de solventar.


Saslavasky puntualizó que estos jóvenes entran en una crisis porque no pueden resolver el tema de las elecciones y quieren ser libres, “haciendo ruido con el cuerpo” –para llamar la atención- cerrando la boca para ver que pueden ser libres”, dijo. “El adolescente busca la libertad, no estar alienado a los padres pero en estos casos severos de anorexia, la libertad se transforma en letal, en la muerte”, agregó.

La importancia de compartir sensaciones con otros pares

Saslavsky observó que hay instituciones que tratan a los adolescentes por esta enfermedad de la misma forma, con el mismo encuadre y la misma técnica sin indagar la historia de cada paciente en forma individual.

“Obligan a los jóvenes a comer o a hacer dietas, suprimiendo el vómito, apelando en todos los casos a la medicación, utilizando métodos represivos como tapar los espejos para que no se vean”, se quejó.

Bello, sin embargo, aclaró que en ALUBA si las adolescentes que se encuentran realizando su tratamiento se autolesionan las autoridades le aconsejan a sus padres quitar temporalmente los espejos hasta que sus hijas avancen en su recuperación.

"La violencia está totalmente afuera de ALUBA. Lo más persuasivo que se intenta hacer en relación con la comida es que los pacientes cuados le transmitan a los que recién ingresan la experiencia del tratamiento por el cual pasaron", dijo.

Saslavsky recalcó que lo más importante del tratamiento debe centralizarse en escuchar individualmente al paciente porque cada uno de los enfermos tiene su historia particular de vida e hizo hincapié en la importancia de hacer un trabajo con la familia, ya que opinó que es imprescindible que los profesionales ahonden en la historia de los padres para ver si alguno de ellos es el anoréxico.


Consejos para padres

Bello afirmó que los padres deben participar del tratamiento de sus hijos y para ello es imprescindible:

-No sobreprotejerlos haciéndoles sentirse más débiles.
-No ser ansiosos ni preguntarles cómo se sienten ya que eso los hace más inseguros.
-Asistir a las reuniones mensuales junto con sus hijos y sus terapeutas.
-Fomentar la vida social de sus hijos.
-Escucharlos y ayudarlos a crecer.

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