Entrevistas

25 DE DICIEMBRE DE 2006 | ENTREVISTA A LUIS HORSTEIN

Un psicoanalista independiente

Luis Hornstein recibió el premio Konex 2006 en psicoanálisis, donde por primera vez premian a un psicoanalista no formado en la IPA. “Creo que está planteando algunas limitaciones que tiene la institucionalización del psicoanálisis.”

Por Lic. Carolina Duek
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-¿Cómo fue que recibió el premio Konex de platino psicoanálisis 2006?

-El premio Konex de platino se lo dan al psicoanalista más destacado de la década, yo no me postulé, simplemente lo decide el jurado. Tal vez lo más importante es que es la primera vez que nombran a alguien que no ha sido formado en la IPA. En ese sentido yo lo tomo también como un reconocimiento al psicoanalista independiente, que no estuvo formado institucionalmente. Porque también creo que en nuestro país hay una cantidad de psicoanalistas que no pertenecen a una institución en el sentido orgánico y curiosamente son muy creativos.
Creo que está planteando algunas limitaciones que tiene la institucionalización del psicoanálisis que tiende a generar mas bien consensos burocráticos, teóricos, pero que no favorece muchas veces la libertad de pensamiento que debiera estar presente para impulsar al psicoanálisis. Me parece que es interesante poder rescatar que un psicoanalista se forma mas allá de sus inscripciones institucionales en base a su capacidad de pensar críticamente su propia practica, y de una lectura lo más pluralista posible que si bien tenga como fundamento teórico a Freud, no crea que el único camino que hay para ser psicoanalista hoy, pase por Lacan. Lacan es un autor más, y en Buenos Aires, por distintas particularidades propias de nuestro país se tiende a confundir un autor con lo que es el psicoanálisis contemporáneo. Lacan es un autor que ha tenido un buen mecanismo de implantación de marketing que ni siquiera en el psicoanálisis francés ocupa el lugar que ocupó en alguna época en Argentina. Creo que esto es riesgoso para el psicoanálisis, porque mucha gente capaz que ha visto que solo se puede ser psicoanalista si solo se adhiere dogmáticamente y se convierte en un repetidor más que en un pensador critico, han pensado que eso es la única forma de ser psicoanalista y han abandonado al psicoanálisis, yéndose al cognitivismo, o teorías sistémicas, guestálticas. Lo que está mal es que sea planteada como única alternativa de formación en psicoanálisis, una formación más bien dogmática, donde tiene que limitarse durante años a repetir solgans en lugar de poder pensar por cuenta propia y que luego se ve enfrentado a una practica donde cierta ilusión de pureza en lugar de dar herramientas teóricas para poder abordar la complejidad tanto de la técnica como la clínica contemporánea. Yo creo que uno de los grandes problemas del psicoanálisis argentino es el abismo que hay entre teoría y prácticas.

El psicoanálisis es un conjunto de conceptos metapsicológicos que tiene que informar la multiplicidad de las prácticas reales. Los psicoanalistas que se aíslan en un gheto terminan haciendo un tipo de psicoanálisis “puro” que en realidad lo que ha hecho es practicar un psicoanálisis reduccionista de las potencialidades reales del psicoanálisis de perdurar y progresar. Esta en juego la supervivencia misma del psicoanálisis. Un psicoanálisis que se inscribirá en el paradigma de la complejidad o será historia antigua, y ésta es una responsabilidad. En ese sentido, el premio Konex más bien lo tomo como un reconocimiento a una trayectoria, pero además como un incremento de mi responsabilidad en cuanto a hacer que muchos psicoanalistas tomen conciencia de hay que salir de cierto solipsismo tóxico.

Uno de los grandes problemas del postfreudismo es que se ha dejado de lado la realidad en relación a Freud. Freud consideraba la realidad una instancia. En el año `23 dice que la realidad es al Yo, lo que la pulsión es al Ello. Luego el psicoanálisis entró en una vertiente solipsista, tanto en el kleinismo, como en el lacanismo. Solipsismo quiere decir que no se considera que los encuentros actuales tengan algún poder de transformación de ola organización psíquica. Y este es uno de los grandes problemas.

-Frente a estos problemas que comenta, cuál es su propuesta, para que el psicoanálisis no sea historia?
-Propongo recuperar ciertos núcleos duros de lo pensante de Freud: la curiosidad, la posibilidad de pensar por cuenta propia, de acercarse a la práctica con menos ataduras teoricistas, no confundir el teoricismo con la teoría. Una teoría tiene que informar las prácticas y si alguien está estudiando cuestiones que no le inciden en su forma de trabajar, que esté alerta, porque eso ya no es teoría, es teoricismo, una desviación de la teoría. Entonces, mi propuesta es, por un lado una buena formación en términos de conocer los conceptos fundamentales de la obra de Freud, que después cada quien pueda hacer su propio recorrido, su propia trayectoria y que tenga la oportunidad de conocer distintos autores para que pueda hacer su elección pero que a su vez ese conocimiento teórico esté al servicio de informar sus practicas. El psicoanálisis podrá sobrevivir y desarrollarse en la medida que rescate ciertos núcleos duros básicos, en cuanto a los grandes conceptos, que sea tamizado eso por una trayectoria personal, y que además esté muy ligado a las prácticas reales.Para mi las prácticas reales son un desafío a la posibilidad de pensar de nuevo ciertas cuestiones centrales de la teoría psicoanalítica. Creo que como alguna vez dijo Freud “de todos los enemigos que tenía el psicoanálisis, sea la medicina, filosofía, el arte, el único enemigo serio es la religión.” Lo que yo veo hoy en el psicoanálisis es una religiosidad interior al psicoanálisis, un creer un autor que es palabra santa que no puede ser discutido, no confrontado. Esto es dogmatismo, convertir el psicoanálisis en una lengua muerta. Por contrario, creo que Argentina en particular tiene muchas condiciones como para, enfrentando la diversidad de las problemáticas que se plantean, repensar algunas cuestiones de la tradición psicoanalítica para que esa tradición se convierta en un patrimonio, y no en un lastre que impida pensar la novedad.

-Yendo un poco a su libro, “Las Depresiones”, cuál fue su reacción a la noticia de la OMS acerca de las estadísticas de las depresiones?
-La noticia de la OMS confirmó mi propia práctica. Tiene que ver con acercar las agendas teóricas a la realidad de la práctica cotidiana. Las depresiones no son solo un problema de salud mental, sino también de salud pública. Las cifras representan a las depresiones como costo social, sanitario, humano son impresionantes, al mismo tiempo es como si hubiera que establecer un debate con respecto a un reduccionismo biologicista que quiere ver las depresiones como resultado de una problemática solo bioquímica. Cuando las depresiones implican toda la producción de subjetividad. Tenemos mucho que decir en cuanto la tratamiento y génesis de la depresión. Es un debate dentro del psicoanálisis mismo, donde algunas corrientes creen que la depresión no existe, que no son más que histerias disfrazadas, es un debate respecto al monopolio que pretende tener la psiquiatría biológica con respecto al tratamiento de las depresiones.

-En el libro despliega los distintos tipos de tratamiento que hay para las depresiones, cuál es su postura al respecto?
-Yo soy un militante del psicoanálisis, creo que la única militancia es estar informado pero qué opinan las distintas corrientes, para que se pueda dar un debate productivo. A diferencia de otros psicoanalistas que opinan que no hay que saber nada de lo que opinan los demás, yo soy de los que si piensan que no es posible hoy plantear el tema de la problemática de las depresiones sin tener una idea de lo que ofrece el cognitivismo, la psicofarmacología, para poder reivindicar que sin un conocimiento sofisticado de la subjetividad, no hay tratamiento posible de las depresiones. Ilustro las distintas corrientes en un capitulo de mi libro, para establecer un dialogo fructífero, donde parto del supuesto que el psicoanálisis tiene mucho que aportar en cuanto al tratamiento de las depresiones, aun en las depresiones graves. Los psicoanalistas creen a veces que tienen el derecho de desconocer los otros territorios, y entonces se habla que es necesario el debate interdisciplinario, pero no se considera que en necesario el debate intradisciplinario. No hay debate posible sin un cierto conocimiento de lo que los otros propician como propuesta terapéutica.

Para ver la reseña del libro “Las Depresiones”, ver Tapas y Contratapas



Luis Hornstein. Premio Konex de Platino 2006: Psicoanálisis. Residente de psiquiatría en CEMIC. Asesor y coautor del Plan de Salud Mental de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, jefe: Dr. Mauricio Goldenberg (1968-1971). Codirector junto al Dr. Mauricio Goldenberg del Centro de Estudios Psicoanalíticos de Caracas (1978-1983). Miembro fundador y actual presidente de la Sociedad Psicoanalítica del Sur (S.P.S.). Presidente de la Fundación para la Investigación de la Depresión (FUNDEP). Profesor invitado de postgrado en diversas instituciones del país y del exterior. Autor de numerosos artículos y capítulos de libros publicados en revistas nacionales y extranjeras. Entre sus libros figuran “Teoría de las ideologías y psicoanálisis” (Kargieman); “Introducción al psicoanálisis” (Trieb); “Cura psicoanalítica y sublimación” (Nueva Visión); “Cuerpo, Historia, Interpretación” (comp.) (Paidós); “Práctica psicoanalítica e historia” (Paidós); “Narcisismo” (Paidós); “Intersubjetividad y Clínica” (Paidós); “Proyecto terapéutico” (comp.) (Paidós); “Las depresiones” Paidós.

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