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17 DE DICIEMBRE DE 2006 | FERTILIZACIÓN ASISTIDA

El papel del el stress en las parejas con problemas de fertilidad

Podemos definir al stress como una de las tantas causas en las parejas con problemas de fertilidad, porque bien sabemos que la infertilidad es policausal, puede haber también un factor orgánico asociado, y esto no lo podemos descartar. Como factor predisponente el stress afecta, y bastante en muchos casos.

Por Eleonora Lotersztein
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Con respecto a la manera en que afecta a la mujer y al hombre, en las mujeres se dieron casos de stress, por ejemplo en situaciones extremas como la guerra, o la prisión, donde se observó que muchas de ellas dejaron de menstruar.

El estrés altera el ciclo menstrual en la mujer, pudiendo también alterar la ovulación.
En el hombre también se podría hallar una modificación en sus espermatozoides (ya sea en la morfología, es decir en su forma, o en la movilidad de los mismos)
Desde el punto de vista psicológico, aquí en la Argentina el stress influye en este complicado contexto social, donde en la pareja tiene que salir a producir, y llegan de trabajos que por lo general, no son muy reconfortantes.
En la terapia de pareja, lo que las mismas traen al consultorio son situaciones muy estresantes a nivel laboral, hay mucha subocupación, presiones de todo tipo. Remitiéndome al tema que hoy nos convoca, la Fertilización asistida, cabe aclarar que continuamente surgen nuevas tecnologías para lograr un embarazo, técnicas de alta y baja complejidad.

En general, son métodos costosos, que lamentablemente las obras sociales y prepagas no cubren. Para los que llegan a una técnica de alta complejidad, la mujer debería estar preparada a nivel psíquico y emocional porque se van a efectuar en su cuerpo muchos cambios, desde medicación hasta, en ocasiones intervenciones quirúrgicas, por eso es muy importante el apoyo psicológico, tanto a ella como a la pareja.
Ahí es donde entra en juego la contención emocional por todos estos cambios que va a sufrir la mujer, y por ende la pareja.

Cabe aclarar que hay una etapa previa donde se empiezan a realizar todos los estudios, por eso es imprescindible el trabajo en conjunto con todo el equipo médico: endocrinólogos, ginecólogos, andrólogos. Resulta importante que los psicólogos nos situemos bajo el paraguas médico. Como un trabajo en red, para darles contención y apoyo emocional.

Pero para que se produzca la derivación de estos pacientes, tiene que haber una concientización en los médicos, que, lamentablemente, muchas veces no sucede.
No se puede generalizar, así como hay médicos muy concientes que derivan a la pareja a consulta, otros tantos esperan a que se produzca la situación de crisis extrema, para mandarla, y es ahí donde nos llegan al consultorio parejas muy desbordadas y angustiadas, que si las hubiéramos abordado más tempranamente, esta angustia se podría haber trabajado de otra manera.
Y existen casos donde se empieza a disolver el vínculo, por toda la problemática de no poder tener un hijo, que forma parte de uno de los proyectos tan deseados de una pareja.
Como es un proyecto tan vital e importante, y asociado a esto, el costo económico de las técnicas es muy alto, muchas parejas terminan vendiendo sus bienes, o postergando otros proyectos para asumir estos costos. También hablamos de un costo emocional, que sí lo hay.
En ocasiones no se ven los resultados esperados en un solo intento, sino que hay que probar más veces, o con diferentes técnicas.
Y, por supuesto, esto depende de cada pareja en particular, hay algunas que luego de varios tratamientos de baja complejidad, por ejemplo inseminaciones artificiales, pasan a una IN Vitro, que sería un ICSI (inyección intracitoplasmática del espermatozoide en el óvulo de la mujer, realizada en un laboratorio), una técnica de alta complejidad, donde hay que esperar a que se forme el embrión, y luego de esto recién ahí es transferido a la mujer. Y al atravesar todos estos tratamientos los tiempos de espera son grandes y generan ansiedad en la pareja. Por eso es conveniente abordar en ses momento a estos pacientes para trabajar con ellos estas ansiedades, que generan mucha angustia y stress en la mayoría de los casos.

En toda toma de decisiones que haga la pareja es muy importante el rol del psicólogo, revalorizar este rol en toma de determinaciones, en acompañar a la pareja, por ejemplo en la entrega de resultados de análisis, donde podemos obtener un beta negativo, o un beta positivo, que significa que ese embrión se prendió o se anidó en el útero.
Y, si el resultado es negativo, la frustración es muy grande. Por eso, la contención y el acompañamiento son muy necesarios en ese momento de la vida de la pareja.
Sería más beneficioso tener una mirada más holística, integradora de la mente y el cuerpo, porque antiguamente había una diferencia muy grande entre ellos, en la actualidad se tiene muy en cuenta todo lo relacionado a la Psico-neuro-inmuno–endocrinología, donde los tres sistemas, el inmune, el nervioso, y el endócrino actúan interrelacionados.
Lo ideal sería que estos sistemas funcionen en armonía y la persona trate de mantenerse en equilibrio.
En el caso de parejas con problemas de concepción, como son tratamientos breves, y en general, a corto plazo, uno como psicólogo puede dar una orientación, o ciertas indicaciones, que por supuesto, no son consejos, sino sugerencias, como por ejemplo empezar a practicar yoga.
Otra técnica en estos tratamientos son las “visualizaciones positivas”, donde se trabaja con la imagen, en relajación, concientizando la respiración calma, relajando cada parte del cuerpo, y tomando conciencia de las mismas, visualizando con los ojos cerrados paisajes relajantes, por ejemplo un mar, una montaña, apuntando a lo que yo me propongo lograr con una actitud positiva, y en armonía. Por que a través de todas estas técnicas médicas, aplicadas con el fin de llegar al tan deseado embarazo, se pierde la conciencia del cuerpo como tal.
Es importante también que haya un grupo de contención, apoyo, y co-ayuda para la pareja,
con otros a los cuales les suceda lo mismo, para que la pareja que padezca esta problemática no se sienta sola y estigmatizada, como pasa mucho, por ejemplo, que uno escucha muy a menudo en el consultorio, hablar de parejas en edad reproductiva que salen con otras parejas que ya tienen hijos, y esto genera sentimientos como frustración, y envidia que la mayoría de las veces se reprimen. Entonces aparecen mucho las culpas y los reproches en la pareja. Cabe aclarar que el hombre en muchas oportunidades toma una postura más pasiva, de acompañante y de contención porque la que porta todo el tratamiento, en general es la mujer. Antes era como un tabú llegar a pensar en la infertilidad masculina, y el hombre hoy en día ante situaciones de infertilidad se siente impotente, porque este tema está muy relacionado con la sexualidad, como si él se sintiera portador y transmisor de un mandato que le dijera algo así como: “si no podés tener hijos sos impotente”.
Hoy hay técnicas específicas de alta complejidad, como la que mencioné anteriormente ICSI que se utilizan en parejas que poseen el factor masculino como causa de infertilidad.

Es importante rescatar que hablamos de infertilidad en la pareja, es decir, que el problema es de los dos, y este mismo padecer trae aparejado duelos, culpas y reproches, que también se manifiestan como problemas en la sexualidad. Por este motivo, es aconsejable apuntar a recuperar esa sexualidad perdida, por las técnicas de fertilización asistida, que “asisten” a la posibilidad de procrear, como un tercero que interviene en este vínculo tan íntimo de a dos. Y, como las relaciones sexuales muchas veces son programadas, se pierde la espontaneidad y sensualidad que estas situaciones conllevan, generándose algo público y conocido, de lo que debería ser sólo íntimo y de la pareja.
Suele suceder que cuando se baja el nivel de ansiedad en una pareja, la mujer a veces logre un embarazo natural, sin la necesidad de ser ayudada artificialmente, nada más que bajando el umbral de ansiedad que tiene.
Cabe aclarar, con respecto al tema de la culpa y el castigo, que aparecen las culpas también en situaciones donde la mujer ha pasado por los traumas de un aborto provocado, en la adolescencia, o en otras etapas de su vida, y, entonces estas mujeres viven su situación actual de no poder concebir como un castigo, por eso que alguna vez hicieron, tal vez en circunstancias donde no había otra solución para ellas.

En conclusión, podemos decir que el lugar que ocupa el psicólogo en este tipo de problemáticas es muy importante y fundamental. Como así también se hace imprescindible consultar a un psicólogo que posea esta especialidad.

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