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1 DE OCTUBRE DE 2006 | TEORIZACIONES SOBRE LA NEUROSIS

¿Es posible pasar el impasse del “final” de la neurosis?

Freud inaugura una nueva modalidad de teorización acerca de las neurosis y serán sus mismos pacientes los que le indicarán la ruta que deberá seguir. Así, el itinerario freudiano con las neurosis trasunta desde la teoría del trauma, pasando por las psiconeurosis de defensa, para arribar a su concepción de las neurosis de transferencia.

Por Mariano Ruperthuz
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Con este último movimiento Freud pone el acento en el hecho que la fuerza del trabajo analítico descansa en la transferencia, la cual permite producir una reedición de conflictos anteriores con figuras de la infancia, principalmente los padres. Esto permite la producción de una nueva neurosis, artificial, que sólo se da en la situación transferencial con el analista. Y la meta del análisis sería disolver esta segunda neurosis (Norambuena & Ruperthuz, 2003).

Paralelamente a esto Freud la técnica misma también sufriría transformaciones. Específicamente, por largo tiempo se vale de sus interpretaciones, las que tenían la eficacia para develar al inconsciente y con esto disolver gran parte de los síntomas neuróticos. Pero comienza a darse cuenta que el alcance y la efectividad de ellas empieza a hacerse relativa, justo en el momento del descubrimiento del fenómeno particular de la resistencia; que indica que el paciente preferiría seguir apegado a su neurosis oponiéndose a las revelaciones propias del análisis. Freud identifica a la misma transferencia como la residencia principal de las resistencias del paciente (Freud, 1925[1924]).

Con todo, da la impresión que Freud se va encontrando cada vez más con escollos e impasses propios de la labor analítica que lo harán reflexionar sobre el alcance de la técnica y el fin del análisis. Esto lo llevará a pensar sobre las posibilidades reales que tiene el trabajo psicoanalítico para curar una neurosis. Estas reflexiones estarán contenidas en un célebre escrito como es Análisis terminable e interminable (Freud, 1937).
Años más tarde, Lacan postula su “retorno a Freud” (Lacan, 1955) teniendo muy extensas para el psicoanálisis ya que a su haber estarán la discusión y desarrollos de los fundamentos de la práctica analítica. Ejemplo de esto serán los desarrollos propios de Lacan en torno al concepto de neurosis y que será, al mismo tiempo, el lugar donde descansará la presente reflexión guiada por las siguientes preguntas: ¿Cómo considera específicamente Lacan a las neurosis? ¿Se diferencia de Freud en esto? ¿Cómo esto se relaciona con el fin de un análisis y la posibilidad de la cura en la neurosis? ¿Es posible traspasar los impasses que Freud dio cuenta en el trabajo analítico?

Freud señala: “La transferencia tiene esta importancia extraordinaria, losa y llanamente central para la cura, en las histerias, las histerias de angustia y las neurosis obsesivas, que por eso se reúnen con el justo título bajo el nombre de “neurosis de transferencia”” (Freud, 1917 [1916-1917]), Pág. 404).


Así y más allá de las especificidades propias de las histerias o la neurosis obsesiva, Freud pondría el acento que esta nueva posibilidad de hacer una neurosis en transferencia sería en sí lo neurótico. La neurosis de transferencia lograría entenderse como la neurosis a causa de hacer transferencia. Lacan en su intervención del día 8 de julio de 1953 llamada Lo simbólico, lo imaginario y lo real, propone el siguiente esquema diciendo:
“He aquí cómo un análisis podría, muy esquemáticamente, inscribirse desde su comienzo hasta su final:

rS – rI – iI – iR – iS –sS – SI – SR – rR – rS,

es decir, realizar el símbolo” (Lacan, 1953, Pág. 47).

Resumiendo los pasos del esquema que Lacan presenta “rS es la posición de partida. El analista es un personaje simbólico, y en calidad de tal ustedes vienen a buscarlo, en la medida en que él mismo es a la vez el símbolo de la omnipotencia, que él mismo ya es una autoridad, el amo. En esta perspectiva el sujeto lo busca y él se ubica en cierta postura que es aproximadamente la que sigue: Es usted quien tiene mi verdad” (Lacan, 1953, Pág. 47). Luego rI es la realización de la imagen, el sujeto se entrega una resistencia, originada por iI, la captación de la imagen, al estilo de los pichones que entran en la danza de los colores, situación previa para un encuentro con iR. Acá I se transforma en R, dando cuenta de la fase de la resistencia, de transferencia negativa en el análisis, luego pasa a iS. Esta fase es la de la imaginación del símbolo, el sujeto imagina el símbolo, ejemplo central: el sueño, luego interviene el paso sS-SI: momento que permite la intervención del analista, es la simbolización de la imagen, es lo que comúnmente se llama interpretación. En este momento comienza la dilucidación del síntoma. Sigue SR: “que es, en suma, el extremo de toda salud. No es, como se cree adaptase a un real más o menos definido o bien organizado, sino hacer reconocer su propia realidad, en otras palabras su propio deseo” (Lacan, 1953, Pág. 49). Por último, Lacan postula que luego se entra a rR, donde todo lo que es real es racional, y viceversa, para nuevamente arribar a rS, formando un ciclo que pude dar más de una vuelta (Lacan, 1953).
Tomando en cuenta el punto de inicio del esquema, especialmente la frase que Lacan utiliza para dar cuenta de ese comienzo “Es usted quien tiene mi verdad” , ayuda tener cuenta el efecto específico que la transferencia podría revelar: Si yo no se, alguien debe saber (Nasio, 1998) y ese alguien Lacan lo denominará como Sujeto Supuesto Saber (S.S.S) (Lacan, 1966).

Lacan lo señala así:
“El analista es, en efecto, el sujeto supuesto saber, supuesto saber todo, salvo lo que respecta a la verdad del paciente. Y mucho más que una situación que se establece sobre los datos de los que les indico aquí la punta, no nos dice el paciente que se ofrece a la experiencia analítica: —es usted el que sufrirá si usted me demanda la verdad” (Lacan, 1966, s/p).


De lo anterior se desprende que el Sujeto Supuesto Saber para Lacan responde a una suposición mítica. Pero ¿esto está presente en Freud o es una introducción nueva que Lacan realiza? Evidentemente el concepto del Sujeto Supuesto Saber es ajeno a la teoría de Freud. Sin embargo, se podría señalar que sí está presente en Freud pero reprimido. Un ejemplo, tomado del caso del pequeño Hans (Bello, 2006) refleja esto. Hans le responde a su padre en relación a Freud:
“Yo: «¿Entonces por qué tienes miedo en verdad?»
Hans: «Yo no lo sé, pero el profesor lo sabrá. ¿Crees tú que él lo sabrá? »” (Freud, 1909, Pág. 41).


Pero Freud ¿qué piensa con respecto a la neurosis derivada de la transferencia? ¿Es posible salir de allí? Para responder esta pregunta Freud elaborará un texto crucial para entender la cuestión: Análisis Terminable e Interminable de 1937. Freud plantea la dificultad para garantizar que el final de un análisis asegure el fin de la neurosis. Lo dice así:
“Todo analista debería hacerse de nuevo objeto de análisis periódicamente, quizá cada cinco años, sin avergonzarse por dar este paso. Ello significaría, entonces que el análisis propio también, y no sólo el análisis terapéutico de enfermos, se convertirá de en tarea terminable {finita} en una interminable {infinita}” (Freud, 1937, Pág. 251).

Lo anterior plantearía una posición freudiana: el final de un análisis no garantizaría el fin de la neurosis, lo que propondría la necesidad de la posibilidad de una nueva revisión con cierta periodicidad. Además, el trabajo en análisis tiene un límite, la roca de base que es la castración y que Freud la plantea como un impasse. ¿Lacan piensa igual?

Volviendo al esquema anteriormente analizado de la conferencia simbólico, imaginario y real (Lacan, 1953), Lacan asegura que el punto de toda salud se encuentra en el momento en el que el sujeto se habilita para reconocer su propio deseo (Lacan, 1953). ¿Cómo puede llegar a esto si el analista es esa figura que Supuestamente Sabe? Él responde con toda precisión en su seminario sobre El acto psicoanalítico (Lacan, 1969), señalando que: “El psicoanalizante, al comienzo, toma su bastón, carga sus alforjas para acudir a la cita con el sujeto supuesto saber (Lacan, 1969, s/p)” Esto es en el comienzo. Y la salida la define de la siguiente manera:
“¿Qué quiere decir, por lo tanto, el análisis de la transferencia? Si algo quiere decir, no pude ser otra cosa que la eliminación del sujeto supuesto saber” (Lacan, 1969, s/p)”


Con todo, se puede llegar a responder que Lacan, al parecer, sí cree que es posible salir del impasse dejado por Freud sobre el fin de análisis, condicionado por la eliminación, supresión de la figura que la transferencia facilita, la del Sujeto Supuesto Saber. Vale decir, Lacan creería que hay una salida con ciertas garantías para la posición neurótica, a diferencia de Freud. Y estos serían sus antecedentes a la hora de instaurar la experiencia del pase como momento del transito de la posición propiamente neurótica a la posición del analista (Bello, 2006). Sin embargo, ¿Cuáles son los señalamientos de que esa misión se ha cumplido? ¿Es que el sujeto ya no produce transferencia en el futuro? Son preguntas que quedan pendientes por responder.

“Una vez tapado el hueco, ¿queda curada la neurosis?
[...] Simplemente la neurosis se hace distinta, se
vuelve a veces simple achaque, cicatriz,
como dice Freud, no cicatriz de la neurosis
sino del inconsciente”
(Lacan, 1964, Pág. 30).

Ps. Mariano Ruperthuz es Psicólogo, Alumno del Magíster en Psicología Clínica, mención Psicoanálisis Universidad Adolfo Ibáñez y la Sociedad Chilena de Psicoanálisis (ICHPA). Director de la Revista Re-cortes Psicoanalíticos.

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